Nos habituamos Irene y yo a persistir solas en ella, lo que era una locura, en esa casa podían vivir ocho personas sin estorbarse.ventajosa liquidación de sus materiales) guardaba los recuerdos de nuestros bisabuelos, el abuelo paterno, nuestros padres y toda la infancia.
Nos habituamos Irene y yo a persistir solas en ella, lo que era una locura, en esa casa podían vivir ocho personas sin estorbarse.
Todas las casas antiguas necesitan un gran mantenimiento, y como últimamente nuestro crédito estaba seco decidimos alquilar las habitaciones sobrantes.
Pusimos un anuncio en el Facebook diciendo: se alquilan habitaciones en casa antigua. Al día siguiente cuatro personas se presentaron para alquilar las habitaciones. Al principio, nos pareció extraño que viniesen los cuatro juntos y tan rápido, pero, por el "ansia" de alquilar la casa, no le dimos importancia.
Irene y yo les preparamos la cena, pero nos dijeron que no tenían hambre y que preferían descansar un poco.
A eso de las cuatro de la mañana, oímos un chirriante ruido procedente de la habitación de al lado.
Nos asomamos para ver qué ocurría y era Fran, un viejo violinista, nos contó que tocar el violín le ayudaba con sus problemas de insomnio.
Ala mañana siguiente nuestros inquilinos se levantaron tarde y se saltaron el desayuno y la comida...
Aquel mismo día por la noche nos dijeron que no hacía falta que les preparásemos ninguna comida, !qué ya se las apañarían ellos¡....
Irene, más imaginativa que yo, empezó a mencionar palabras como !vampiros¡, !espíritus¡ etc... yo la mandé callar con una carcajada.
Esa noche no podíamos dormir, estaba claro que algo ocurría con nuestros inquilinos... y de repente !Plas¡ se oyó un ruido que provenía de la cocina y asustados bajamos rápidamente.
Allí se encontraban el chef Juan y su pinche Oscar, expertos culinarios, estaban cocinando una salsa roja como la sangre... Irene chilló !ah¡ pedimos una explicación a todo aquello temiendo ser atacados y servir de cena en nuestra propia casa...
Alma, la única mujer del grupo empezó a explicarse:
- Somos historiadores
- ¿Qué? - chilló Irene
- ¿Investigar qué? - contesté yo
-Yo soy historiadora. Estudio el antiguo Egipto. Fran es arqueólogo, Oscar y Juan expertos en jeroglíficos... y creemos que.
-!Una momia¡, !lo sabía¡, !Aquí está enterrada una momia¡- gritaba Irene
- No tranquilícese... respondió Fran
- No sabemos si Sir Arthur...
- !El abuelo Arthur¡- exclamé
- Pues eso, su abuelo, Sir Arthur, famoso explorador, en uno de sus viajes encontró el espejo sagrado de Nefertiti y creemos que lo escondió aquí.
- ¿Mi espejo?- balbuceó Irene
- Si, tiene un valor incalculable; cualquier museo pagará una fortuna explicó Alma.
- Ya pero nuestro abuelo se rebolbería en su tumba seguro que su intención era donarlo y así aremos.
Así lo hicimos, nuestros inquilinos se marcharon y al cabo de un mes recibimos una carta del museo agradeciéndonos el donativo con un cheque que nos permitió reformar la casa.
Esta es mi relato de la casa tomada espero que os guste
4 comentarios:
Hola! Os acordais de la sorpresa de la que os hable?? ya esta en mi blog. Espero que os guste ^^
Tienes premios en mi blog,espero q te gusta.Feliz finde...... besos obscuras
Angy((^Out of the Blue^))
http://checktheseblueskiesout.blogspot.com/2010/11/premios-para-fin-de-semana-for-all.html
premio en mi blog ^^
¡Hola! Sólo pasaba para coger el banner para afiliaros. Si quereis afiliarme, tenéis mi banner en la sección "VENDEDORES DE TINTA" de mi blog =)
pues nada, hasta otra!
un beso!
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